Saturday, September 19, 2015

Culto Misionero


Agrupacion Nueva Vida


Wednesday, March 25, 2015

Segunda Iglesia Pentecostal Pan de Vida (Staten Island, NY)

Por este medio queremos dejarle saber a todos nuestros amigos y hermanos de la bendicion y la victoria que el Señor nos ha dado al poder iniciar una nueva obra en la Ciudad de Staten Island en el estado de New York.
Somos los pastores Jose A Cubias y Rubenia Villalta de Cubias y desde aqui les hacemos una cordial invitacion a todos aquellos que esten buscando un lugar donde congregarse. Nuestros servicios son los dias Martes y Jueves a las 7:30 pm en nuestro hogar el cual esta ubicado en la siguiente direccion: 196 Port Richmond ave. Staten Island, NY 10302 y los dias sabados nuestro culto evangelistico en la Iglesia "El Amparo Divino" ubicada en el 31 de Clinton Avenue Staten Island, NY 10301, lugar que temporalmente nos ha provisto el Señor para adorarle y glorificarle.
Damos la Gloria y la honra a nuestro Dios y Salvador por las puertas que el ha abierto y porque hasta aqui nos a ayudado el Señor. les pedimos fervientemente que sus oraciones nos acompañen para que en un futuro no muy lejano "La Segunda Iglesia Pentecostal Pan de Vida" podamos tener nuestro propio templo de adoracion....

Mientras tanto adoraremos al Señor con todo nuestro ser. Ya que tales adoradores son los que el Señor esta buscando, adoradores que le adoren en espiritu y verdad. (Juan 4:23-24)


Thursday, April 3, 2014

Viviendo en el poder del evangelio



Viviendo en el poder del evangelio

Escrito por Marco A. Marroquín Hilerio. Publicado en Sermones
INTRODUCCIÓN:
En el libro de los Hechos vemos el avance del evangelio de una forma extraordinaria: Todo lugar en donde se anunciaba el evangelio era tocado por el poder de Dios. Toda persona que oía el evangelio era quebrantada por la presencia de Dios. Todos los enfermos a quienes se les anunciaba el evangelio eran sanados por el poder de Dios.
Eran tiempos en donde predicar y oír el evangelio convertían una ocasión ordinaria, en un evento extraordinario: la gente se convertía, los enfermos eran sanados, la opresión del diablo era abolida; la iglesia causaba un impacto tremendo en donde quiera que se paraba a anunciar el evangelio.
¿Cómo podía el anuncio del mensaje de un Jesús crucificado trasformar de manera tan notable la vida de aquellos que le atendían? No había duda, ¡Jesús había resucitado! Y el poder del Padre que resucitó a Jesucristo, era el poder que saturaba, que bendecía, que adornaba y daba vida al anuncio de la buenas nuevas de salvación en Jesucristo. Cristo vive y su evangelio está lleno de la vida que solo produce el poder de Dios. El oír el evangelio era un encuentro con el Cristo del evangelio.
Si nos preguntamos en esta mañana cómo hicieron los cristianosprimitivos para anunciar el evangelio con tal vehemencia, pasión, entrega y eficacia encontraríamos las siguientes causas:
I. ERAN CREYENTES SATURADOS DEL ESPÍRITU SANTO.
Los primeros cristianos resplandecían con la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Hechos 2:4, nos dice: “Y fueron todos llenos delEspíritu Santo”; esto también lo confirma en Hechos 4:31, “...y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”; podemos ahora mismo enumerar la larga lista de creyentes y experiencias en el libro de los Hechos, en donde todos los cristianos eran saturados por la llenura del Espíritu Santo. Jesús les había dicho: “recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros elEspíritu Santo, y me seréis testigos...” (Hch. 1:8). Esta promesa no fue solo para los apóstoles, ni solamente para los pastores o líderes de ese tiempo. Esta promesa era y sigue siendo para toda iglesia que quiera predicar el evangelio, para toda iglesia que quiera ser testigo de Jesucristo, para toda iglesia que reconozca la necesidad de alcanzar al mundo entero para Cristo. La calidad y veracidad de nuestro cristianismo radica en vidas llenas del poder del Espíritu Santo.
¿Crees ser un cristiano de calidad? Tienes que dar testimonio de la llenura del Espíritu Santo en tu vida. La iglesia verdadera siempre va a predicar el evangelio, porque los creyentes verdaderos que la componen siempre están anhelando, buscando, ardiendo y llenándose de la presencia del Espíritu de Dios.
II. ERAN CREYENTES QUE ANTEPONÍAN, ANTE TODO, SU OBEDIENCIA A DIOS.
Bien podrían estar preocupados por toda la oposición que les sobrevendría y cómo la enfrentarían. Bien podrían poner como excusa que nadie querría oír el evangelio, porque eran duros de corazón. Bien podrían haber pensado, “si a Jesús no le hicieron caso, menos a nosotros...”, “si él no pudo, qué vamos a poder nosotros?”. Nunca leemos en ningún pasaje que los creyentes de la iglesia primitiva titubearan en cuanto al cumplimiento de la gran comisión. Hoy tenemos muchos creyentes que titubean, pero es por la falta de poder en sus vidas, por su mal testimonio, por su inconsistencia, porque no son obedientes a Dios.
Para los primeros cristianos, obedecer a Dios no era una opción... ¡era una prioridad! Obedecer a Dios no era cuestión de tiempo... ¡era ahora! Para ellos era tiempo de obedecer a Dios. No hay tiempo para decidir si obedecemos o no a Dios; la prioridad de todo creyente es desde un principio, obedecer a Dios.
Pedro y los apóstoles nos impresionan con su respuesta ante el Sanedrín: “Es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres” (Hch. 5:329). El creyente debe estar convencido de esta verdad si quiere vivir en el poder del evangelio, ya que nadie que no obedece a Dios, puede ser llenado con su Espíritu. Mismo Pedro nos enseña esto en Hechos 5:32: “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”.
La obediencia a Dios nos lleva a aceptar a Cristo como Salvador, nos lleva a consagrarnos, nos lleva a ser llenos del Espíritu Santo y como consecuencia nos lleva a vivir en el poder del evangelio.
III. ERAN CREYENTES QUE ESTABAN DISPUESTOS A PAGAR EL PRECIO DE SER TESTIGOS DEL EVANGELIO.
Usted que ha leído la Biblia, sabe que hay un costo del discipulado. Vivir en el poder del evangelio, quiero decirte, no es barato. El precio es bastante alto y requiere una voluntad completamente rendida al Señor. Requiere de consagración total si no quieres fracasar.
El fracaso actual de muchas iglesias no son los resultados que viven, sino que dichos resultados son consecuencia de su fracaso. Son sus miembros, de estas iglesias, que han fracasado en rendir sus vidas a Dios, no obedecen a Dios, fracasan no permitiendo que el Espíritu de Dios los llene y los capacite para hacer la voluntad de Dios, fracasan al no estar dispuestos a pagar el precio de ser testigos de Cristo.
Podemos afirmar que los primeros cristianos tuvieron éxito. Siempre valoramos el éxito en términos de resultados. Pero desde mi punto de vista, el éxito de la iglesia primitiva no son los resultados. Los resultados fueron consecuencia del éxito. ¿Cuál fue entonces el éxito? Rendir sus vidas a Dios, obedecer a Dios, permitir que elEspíritu Santo los llenara y los capacitara para hacer la voluntad de Dios y estar dispuestos a pagar el precio de ser testigos.
La palabra “testigos” viene del griego “martures”, que significa: mártires. En cierto sentido podemos afirmar que ellos no estaban dispuestos a dar su vida por Jesús, ¡Ya habían entregado su vida a Jesús! Por eso Pablo enfatiza categóricamente: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí...” (Gál. 2:20).
Si nos preguntáramos: “¿estoy dispuesto a dar mi vida por Cristo?” Primero tendríamos que responder a esto: “¿he entregado mi vida a Jesús?” Si no estamos seguros de nuestra respuesta a esta pregunta, no podríamos dar nuestra vida por Jesús ni vivir en el poder del evangelio.
CONCLUSIÓN:
“Vivir en el poder del evangelio”, suena muy bien. Si pregunto en esta hora, “¿cuántos de los que están aquí quieren vivir en el poder del evangelio?”; tal vez no tu boca, pero sí, en tu corazón ardería un estruendoso “Amén”. Y eso es lo que quiero en este momento, que nuestros “amén”, salgan de lo más profundo de nuestro corazón para con Dios. Dile amén a Dios y a su Palabra desde tu corazón, ya que él mismo te dice: “Dame hijo mío, tu corazón”. Quizás tu preguntas: “¿qué quiere decir con esto, pastor?”. Si yo te pregunto: ¿Quieres vivir en el poder del evangelio? Emocionalmente me dirás “amén”. Si yo te pregunto: ¿Crees que debes vivir en el poder del evangelio? Racionalmente me dirás que sí. Pero si yo te pregunto: ¿Estás dispuesto, desde hoy, a vivir en el poder del evangelio? Para responder esta pregunta, tus emociones no son suficientes; tu razonamiento puede confundirse... ¿cómo puedes responder está pregunta? ¡Con tu voluntad! No es cuestión de sentirlo solamente, no es cuestión de pensarlo... ¡es cuestión de decidir! Sino puedes responder desde tu corazón, simplemente no puedes hacerlo, o no sientes hacerlo, o no piensas hacerlo. Pero si respondes desde tu corazón que estás dispuesto, desde hoy, a vivir en el poder del evangelio... ¡creo que estás comenzando tu consagración! ¡creo que estás rindiendo tu voluntad para hacer la voluntad de Dios! ¡Creo que estás diciendo, “Toma, oh Dios mi voluntad, y hazla tuya nada más. Toma, sí, mi corazón, por tu trono lo tendrás”





Friday, March 28, 2014

No menosprecies a Dios

No menosprecies  a Dios 
Malaquías 1: 6-8  El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? 7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. 8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
Introducción
Tal vez usted piensa que jamás menospreciaría a Dios, pero antes de pensar así veamos lo que significa menospreciar: Mirar de menos, considerar algo con poca estima o de poco valor. Entonces menospreciar a Dios es mirarlo de menos, verlo como de poco valor, de poca importancia, dejarlo en el último lugar de nuestra vida.  Malaquías 1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? Primero dice que si nosotros consideramos que él es nuestro padre debemos honrarlo, recuerde que la bendición viene al honrar a nuestro progenitores, Jesús dijo: "Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y se alarguen tus días sobre la tierra". Segundo dice que si decimos que es nuestro Señor debemos tener temor  obedeciéndole. Si no hacemos esto entonces lo estamos menospreciando.
I. No menosprecies a Dios con tú ofrenda

     Romanos 15:15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.  Aquí el apóstol Pablo presenta al pueblo gentil como un pueblo que ha sido designado como una ofrenda para Dios. Una ofrenda que es dedicada a Dios sabemos que debe ser de dos maneras: agradable y santificada. Dios en el Antiguo Testamento demandaba animales como ofrendas, pero ahora Dios quiere tu vida como una ofrenda agradable para él. Veamos lo que nos dice Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Israel estaba menospreciando a Dios de la siguiente manera: Llevaban animales sin un ojo, sin una mano, sin un pie como una ofrenda a Dios, es decir prácticamente lo que ya no servía; precisamente te puede suceder lo mismo a ti, solo una parte de tú vida quizás le puedes estar dando a Dios, solo una parte de tú trabajo, solo una parte de tú  tiempo (Hebreos 13:15,16). Eso es menospreciar a Dios cuando El no es ningún mendigo.

II. No menosprecies a Dios con tu servicio a él

     Mateo 10: 42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Hebreos 13: 2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Cuando tu vas a ayudar a un seguidor de Cristo, estas ayudando a tu mismo Señor, recuerda las palabras de Cristo cuando dijo que tuvo hambre y no le dieron de comer, sed y no le dieron de beber, etc. El les dijo que si a uno de los suyos no se lo hacíamos era como no hacérselo a Él (Mateo 25: 41-45). Ayuda a tu hermano necesitado como te gustaría que lo hagan por ti.
2 Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Dar lo mejor no es la cantidad si no la calidad, recuerda el caso de la viuda que dio dos blancas (Marcos 12:43), el Señor dijo que había dado más que todos, porque había dado todo, cuando tu das parte de lo que tienes a Dios o das lo que te sobra aunque sea mucho, estás dando un sacrificio incompleto, defectuoso.
Conclusión
Recuerda no deshonres a Dios con tu vida o con tu servicio a él recuerde que Israel en ese nivel cayo muy bajo ya que dice Malaquías 1:13 También decís: "¡Ay, qué fastidio!" y con indiferencia lo despreciáis dice el Señor de los ejércitos y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano? dice el Señor. Indudablemente Dios no lo acepta, de igual manera no aceptará de tú vida lo que le des a él cuando lo hagas de mala gana.
Copyright © S

Thursday, January 23, 2014

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“Cuando nosotros no nos desligamos del hogar de origen y permitimos que sistemas de familias, dolores, quebrantos y heridas sean traídas a la nueva unión y entonces experimentamos como si estuviésemos viviendo un matrimonio de cuatro”.

Genésis 2:24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
Mateo 19:4-6 —¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo” ?Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.