Thursday, August 22, 2013

Eso que duele te llevará a la Victoria

Cuando algo duele o es difícil de hacer aun lado es porque vamos por el camino correcto, es decir: Cuando me comienzo a negar a mi mismo, a no hacer lo que yo quisiera hacer para hacer lo que Dios quiere que haga, humanamente me dolerá, pero lo que humanamente me duele, espiritualmente funciona.


William Cowper (1731-1800) Poeta británico. Dijo: "El dolor es, él mismo, UNA MEDICINA”

Qué es en un última instancia el dolor? En simplemente el precio que se paga por el placer. Es el precio que paga el estudiante pasando noche enteras preparándose para tener el placer de la graduación, es el precio que se paga  construyendo una buena relación para tener un buen matrimonio, es el precio de la madre en el parto para tener a su hijo cerca de su corazón. Lo más que pagamos (dolor) lo más que valoramos lo que ganamos y logramos.

Dios nos creó como seres humanos no como robots. Los robots no sienten ningún dolor, pero los seres humanos si.  La belleza del dolor no solo está en lo que logramos después del dolor sino en la compañía eterna de Dios, quién está a nuestro lado para consolarnos, fortalecernos y darnos de su Espíritu. Una de la herramientas que Dios usa para hacernos crecer es la riqueza del dolor que nos impulsa vencer nuestra limitaciones y a reparar nuestras almas.
“porque no menospreció ni rechazó el dolor del afligido, ni de él escondió su rostro, sino que cuando clamó a él, lo escuchó”.  Salmo 22:24
“El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor; ablandará su cama en la enfermedad”.  Salmo 41:3
 
Esfuerzo es un proceso de la vida por donde todos tenemos que ir y ese esfuerzo implica dolor. Tenemos muchas lecciones cruciales que aprender, conflictos que resolver y metas que alcanzar pero nada de eso está exento del dolor…es el dolor de crecer…el dolor de madurar…el dolor de triunfar y el dolor de morir para poder vivir.
Si nunca saltamos al río…jamás llegaremos a la otra orilla.
No más quejas ni lamentos por el dolor que sentimos, pongamos la mirada en la meta para no perder los minutos en el dolor que sentimos en las piernas al correr.
Aprendamos a aceptar el dolor de enfrentar la realidad y así encontrar la verdad de nuestra vida. No le temas más al dolor y véalo como el canal del crecimiento de tu vida interior.
Hay una herencia infinita que crece como una dulce planta en nuestro ser interior…esa planta duele cuando crece como le duele al gusano el liberarse del capullo para luego tener el placer de volar como una mariposa.
 
La semilla que cae a tierra, la humedad la pudre y quebranta su corteza y entonces la vida surge.  El dolor de tu vida está quebrantando la dureza del alma para liberar la vida de Dios dentro de ti.
 
Que Dios te sostenga hasta llegar a la meta.

...Yo les daré consuelo; convertiré su llanto en alegría,
y les daré una alegría mayor que su dolor.
Jeremías 31: 13

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